miércoles, 11 de marzo de 2015

Querida amiga:

Hoy toca hacer presentes todos los buenos momentos que vivimos y que en estos días se manifiestan en recuerdos. Hoy toca brindar por nuestra amistad, por haber luchado contra esos contras que nos ofrecía el estudiar fuera. El estar separadas esperando a que llegara ese fin de semana en el que coincidiríamos y el cual teníamos planeado desde hace meses, con intención de aprovecharlo al máximo.
Sé que no es lo mismo compartir todos los momentos, vivencias y risas día a día y no te haces una idea de cuánto lo extraño pero lo peor en estos casos es lamentarse puesto que solo nos conduce a un valle de lágrimas, a un túnel sin salida o a cualquier otra metáfora y sabes bien que nosotras no somos partidarias de vender nuestros sentimientos tan libremente, o al menos tú que ya te conozco un poquito con el paso de los años.
Me estaba intentando acordar de cuándo nos cruzamos por primera vez, pero realmente no guardo un recuerdo nítido. Solo sé que debió ser por infantil, y de infantil hasta la universidad hay unos cuantos años, así que creo que tienes el cielo ganado.
¿Te acuerdas de ese baile que hicimos en sexto de primaria? Aún hoy me provoca risa.
Y no es la única vez que la música nos ha unido. Recuerdo perfectamente esas competiciones de karaoke, sin olvidar nuestro queridísimo concierto de Amaral, la Moda y otros tantos.
Las excursiones han sido sin duda otro punto de inflexión en nuestra relación y acerca de las clases en Jesuitas también hay mucho que decir.
Menos mal que llegué a encontrarte en el camino, puesto que tú fuiste esa luz que me lo hizo ver todo con otros ojos y solo espero de todo corazón que no te vayas nunca, porque digo bien ,cuando me pongo cursi, que no sé qué haría yo sin ti.
Y para terminar aquí te dejo una parte de Toledo y Valladolid juntas.


Disfrútala y haz que nunca se marchite.