Encontrar paz en todo lo que haces. No perder la
ilusión.
Quererte a rabiar. Enamorarte de alguien hasta el
final. Que sus defectos sean tus fetiches.
Imaginarte una vida entera con esa persona aún sin
creer en el matrimonio.
Y cuando el día se tuerza y el dolor pese más que
las ganas:
Gritar. Gritar muy fuerte un lunes cualquiera bajo
la lluvia. Empaparte el cuerpo de lágrimas.
Y encontrar entonces un abrazo sincero entre la
gente. Meterte en una cama con sábanas recién limpias. Hacer el amor toda la
noche hasta que tus penas están disueltas y no quede más que un cuerpo cansado
y sin preocupaciones.
Así es como yo entiendo la vida.