viernes, 27 de marzo de 2020

La respuesta a todas mis incógnitas

No sabría decirte con certeza por qué me enamoré de ti.
Si es por tu boca cuando me besas
o por tu timidez cuando callas
y me dejas muda y sin palabras.
No sabría decirte por qué te amo.
Si es por la miel  de tus labios
o por cómo haces frente a todos tus adversarios
pero es que: ¿quién se puede resistir a esa boca?
si lucho por hacer equilibrismos cada vez que me roza.
No sabría decirte por qué quiero hacer el amor contigo el resto de mi vida.
Si es por una parte concreta de tu cuerpo
o por sentir toda tu piel acariciando la mía.
No sabría escapar de este mundo, amor mío.
Si estuvieses lejos
y tuviese que anclararme al recuerdo.
No sabría nada.
Ni escribir,
ni amar
si no tuviese un hogar:
si no te tuviese a ti.
Y no hablo de tener como quien habla de una pertenencia.
Hablo de nuestra relación refiriéndome a la libertad
porque soy consciente de que ambos nacimos 
con las alas detrás. 
Y aunque nunca estaremos preparados para decirnos adiós
suponiendo eso un final
la felicidad del otro siempre va a ser lo primordial.
Por eso te digo ahora
con la mano en el pecho
que si un día
decides volar
no seré yo
quien te encadene
porque el amor es
anteponer la felicidad de la persona que amas
a tu felicidad.

lunes, 23 de marzo de 2020

Mi deseo para la humanidad

Ojalá dormir con la esperanza de que mañana todo estará bien.
De que más pronto que tarde nos volveremos a ver.
Que esto es solo algo temporal y que saldremos todos juntos y sin contratiempos del hospital.
Ojalá que lo que nos está pasando nos haya ayudado a recapacitar. Que solo juntos sumamos como sociedad.
Que la humildad y la solidaridad son los únicos complementos para llegar hasta el final.
Ojalá cuidemos mucho más y mejor el medio ambiente.
Desaparezca pronto el ego y miremos más a nuestro lado que al espejo que tenemos enfrente.
Ojalá aprendamos a valorar las cosas en su justa medida.
A nuestra familia, pareja, amigos y amigas.
Valoremos también:
La comida recién hecha de nuestra madre.
Un cálido abrazo de nuestro padre.
El beso antes de dormir de tu pareja.
Y nunca nos olvidemos de los que indirectamente nos dieron la vida.
De nuestros mayores a los que no debemos descuidar de llevar flores.
Y mientras tanto aprovechemos este tiempo para meditar. Para escribir y cuando creamos necesario parar porque ahora más que nunca necesitaremos de nuestra salud y nuestra paz mental para continuar.
Este es mi deseo para la humanidad...
Que todos los ojalás se hagan realidad.

lunes, 16 de marzo de 2020

La promesa de un cálido abrazo en tiempo de malos presagios

Escribir a mano.
Hacer videollamada con tus seres más cercanos.
Sentir que los días pasan y no saber cuándo volverás a darles la mano.
Escuchar música sin parar y mover tus caderas mientras un ron se cuela por tu garganta 
tratando de aliviar tanta pena.
Ver el telediario y atosigarte con el exceso de información.
Atragantarte de nuevo con otro vaso de ron.
Días de cuarentena que se comparan con los ya pasados días de guerra.
Días de constante solidaridad. De sumar juntos cada uno desde su ciudad. 
Días también de agradecer. Agradecer a todo el personal sanitario y 
a todos para los que trabajar no es algo voluntario. 
Días que sin lugar a dudas pasarán a la historia y se quedarán grabados en nuestra memoria.


domingo, 1 de marzo de 2020

Incomprendida

Te llaman la incomprendida
por no compartir tus problemas,
por no encontrar un sentido a tus ojeras.

Pero mientras tú sigues sin descubrir
un objetivo que te mantenga despierta
y mucho menos un trabajo que se encargue
de tener tus necesidades cubiertas.

Te llaman la incomprendida
por no compartir tus problemas,
por no encontrar un sentido a tus ojeras.

Por no tener sueños
y  vivir de esperanzas fallidas.
Por no saber lo que quieres
porque ellos entienden 
que vivir es optar
a mucho más de lo que ya tienes.

Te llaman la incomprendida
por no compartir tus problemas,
por no encontrar un sentido a tus ojeras.

Por la pena que escondes
al haber perdido tus amistades
por el camino,
porque al parecer 
hay quien valora más una pantalla
que detener el tiempo 
aguantándose la mirada.

Te llaman la incomprendida 
sin entender que a veces sus palabras 
tienen el mismo impacto que las balas.