con la lluvia calando nuestros huesos,
lo que tiempo después
se convirtió en una tormenta de verano
bailando al ritmo de tu pecho
acompañando siempre mis pies de los tuyos
sabiendo que el amor
era una canción que pedía ser bailada por dos.
Un tiempo después
recorrimos Europa:
todo un interrail en nuestras bocas que diría un poeta.
También descubrimos
Asia
para luego
reconocer
que nuestro lugar favorito del mundo
siempre sería nuestra piel.
Lo siento Tarantino,
pero escribimos
una historia de amor digna de un Óscar:
Nuestra historia.
Nuestra propia historia de amor.
Nunca dudamos ni
pusimos en entredicho nuestros sueños
y digo nuestros
porque ahí donde
iba el uno
el otro le seguía con la fuerza del viento.
Coordinados y con
un futuro conjunto de la mano.
El triunfo de uno
siempre nació
para ser celebrado por ambos.
Porque el amor tiene
ese efecto
de incrementar la felicidad de tu pareja por dos.