martes, 28 de abril de 2020

Una tarde de primavera

Todo empezó una tarde de primavera
con la lluvia calando nuestros huesos,
lo que tiempo después
se convirtió en una tormenta de verano
bailando al ritmo de tu pecho
acompañando siempre mis pies de los tuyos
sabiendo que el amor
era una canción que pedía ser bailada por dos.

Un tiempo después
recorrimos Europa:
todo un interrail en nuestras bocas que diría un poeta.

También descubrimos Asia
para luego reconocer 
que nuestro lugar favorito del mundo 
siempre sería nuestra piel.

Lo siento Tarantino,
pero escribimos una historia de amor digna de un Óscar:
Nuestra historia. Nuestra propia historia de amor.

Nunca dudamos ni pusimos en entredicho nuestros sueños
y digo nuestros
porque ahí donde iba el uno 
el otro le seguía con la fuerza del viento.

Coordinados y con un futuro conjunto de la mano.
El triunfo de uno siempre nació 
para ser celebrado por ambos.
Porque el amor tiene ese efecto 
de incrementar la felicidad de tu pareja por dos.


jueves, 16 de abril de 2020

¿Dónde quedaron esos tiempos?

Vernos crecer en casa de nuestros padres,
un fin de semana con nuestros abuelos.
Mentiría si dijese que consigo recordarlo sin echarlo de menos.

Juntarnos un fin de semana
para celebrar que estamos vivos
resume mi plan perfecto para cuando acabe este eterno domingo.

La ausencia de preocupaciones,
disfrutar de la vida sin necesidad de redes donde dar explicaciones.

Los días en el colegio
y nuestras primeras amistades
con quién aún a día de hoy sigo viéndome en los bares.

Un verano en la playa,
el sabor del mar
y un par de postales
que reflejan
el deseo de la eternidad.

Los primeros campamentos fuera de la ciudad,
un símbolo de la infancia y de su ingenuidad
pero también los primeros ápices de la ansiada libertad.

Una canción y otro verano juntos
fue lo que necesitamos para convertirnos en adultos.

Un recuerdo que salta
y que nos hace dudar
de que lo mejor esté por llegar.

Pues lo cierto es
que ahora confinados
todos valoramos más
lo que un día quedó atrás.

viernes, 3 de abril de 2020

Desaliento

¿Quién secará mis lágrimas cuando apremie la noche?
¿Quién me querrá cuando yo no lo haga?
¿Quién me prestará su aliento cuando mis pulmones ya no valgan?
¿Quién me cuidará cuando necesite el cobijo de un abrazo?
¿Quién querrá construir un hogar a partir de mis pedazos?
¿Quién será la calma en mis noches de tempestad?
Dime quién estará conmigo cuando yo ya no sea capaz.