miércoles, 22 de marzo de 2017

"Cuestión de prioridades"

Entre los 194 países del mundo, decidí nacionalizarme del tuyo y ser siempre tu copiloto si decidías viajar a cualquier otro, por lejos que estuviera.
Entre todas las partes del día, me quedé con la noche por esa media luna que se te dibujaba en la cara cuando sonreías después de meses enteros sin vernos.
Entre todas las estaciones del año yo elegí la primavera de tu mirada, el invierno de nuestras noches pegados a la televisión “en modo rollito”, el otoño que nos quedaba para volver a vernos y el verano porque tenía la certeza de que lo pasaría a tu lado.
Entre cualquier mansión del Caribe, te escogí a ti porque eras hogar y nada hay más bonito que alguien que te hace sentir como en casa.
Entre todos los defectos reconocidos me quedé con tu temor porque a mi forma de verlo no era defecto sino el mayor acto de amor sincero hacia alguien.
Entre cualquier kardigan, elegí tus brazos porque eran el abrigo más cálido en la más triste de las noches.
Entre cualquier base de maquillaje, compré un marco de fotos donde colocarnos, porque no había nada que me hiciera estar más guapa que verte a ti pegado a mi costado.
Entre todas las melodías del mundo, escogí la de tu respiración al dormir cualquier sábado que renunciábamos a la fiesta para compensar(nos) el tiempo perdido.
Entre todos los cumpleaños que me quedaban por celebrar, opté por celebrar día a día mi crecimiento personal desde que estaba contigo.
Entre todas las cosas buenas que me diste, lo siento mucho, pero no me gustaría seleccionar una de ellas. Mejor dicho, sí, escogería una, un día más: a ti.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Todo lo que no me gusta de no estar contigo

Odio los lunes pero odio mucho más cualquier otro día de la semana si no son tus brazos los que me despiertan. Odio tu concepto de orden y que me hagas la cama cualquier fin de semana que vengas porque parece que te cueste entender lo poco que van a durar esas sábanas puestas. Y nuestra ropa. Odio San Valentín, los aniversarios y cualquier otra fecha absurda que establezca el Corte Inglés para celebrar (comprar) pero odio infinitamente más perderme un día de estar contigo. Cualquier 14 es una buena excusa para apreciar esas ojeras que se te dibujan en la cara para que me repitas a su vez que no son ojeras, sino ganas de no dormir sin mí. Odio el Skype, whatssap o cualquier otra red social que me trate de conectar contigo; yo únicamente quiero que nos conectemos a cualquier alvia y escapar de tu mano muy lejos de aquí. Quiero que nos quedemos en bancarrota juntos por habernos amado demasiado.
Odio la posesión, la falta de libertad, los brazos que atan. Y espero no llegar a odiar nunca eso de ti porque para entonces nos habríamos perdido. Odio que me mires con ese miedo a que te haga daño porque te juro que llevo escrito en mis labios que se lo haría a todo el mundo menos a ti. Odio que la distancia me robe tus amaneceres, que tenga que imaginar tu sonrisa para así prolongar la mía. Odio que hayamos perdido todos estos años porque he vivido tan solo a medias sin ti.
Por todo esto, espero que recuperemos todo el tiempo perdido y que ya no perdamos más que la dignidad en cualquier calle de nuestro San Sebastián.