martes, 5 de marzo de 2019

Todas mis incógnitas

Nunca quise tanto a alguien.
Ni sentí que necesitara a una persona como a ti.
Me vi frágil, indefensa y hasta inexistente cuando mis manos estaban despegadas de las tuyas.
Nunca odié tanto lo que antes me hacía feliz. Aquello que me mantiene alejado de tu cuerpo cada día. El vacío de la cama.
Ni leí como lo hice estos últimos años para anular el tiempo y tu ausencia.
Nunca ansié de una forma desesperada que llegara el fin de semana. Volar hasta tus brazos.
Ni soplé velas deseando que las próximas siguieras estando enfrente.
Puedo prometer desde ahora que nunca me había enamorado. Ni creo que lo vuelva a hacer.
No con esta intensidad. Como si cada vez que te viese volviese a nacer.
Te juro que me aborrezco por no haberme presentado antes en tu vida.
Y a ti también.
Debimos ser más valientes.
Me hicieron falta más de veinte años para despejar todas mis incógnitas.
Para conocerme mejor. Quererme mejor.
Y saber de primera mano que mi vida no vale nada si no la comparto contigo.